Nuevamente abre el The Underground Coffee, pero esta vez no cerrará. Resulta que requiero de mi espacio para poder hablar con ustedes. He escuchado sentada en mi café, varias historias de corazones rotos, amigos, familiares, conocidos del conocido, la mía, la tuya y ahora, creo que es tiempo de platicar que...
El amor, es el sentimiento más buscado, más anhelado, más rechazado y el que más se ha negado. Lo deseamos, lo queremos, pero cuando estamos a punto de obtenerlo, nos arrepentimos, rechazamos y nos escondemos, pero seguimos anhelando.
Si, seguro sabes de lo que estoy hablando. A todos nos ha pasado. Recuerdo mi primer acercamiento a este sentimiento y no sentí pánico, al contrario, sentí alegría. Fue en una boda (no recuerdo de quién) cuando escuché esto:
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser." (La Biblia, 1 Corintios 13:4-8ª)¿Si eso es el amor?, en ¿qué momento decidimos dejar de merecerlo?, ¿en qué momento decidimos lastimarnos? Transformamos ese deseo, esa necesidad y esa adicción a simples estados transitorios y nos condenamos.
Escucho a varios autores, escucho poemas, canciones, algunas me gustan, otras no las soporto, pero cuando leí a Erich Fromm definir al amor como sublime, mágico y totalmente maravilloso, pensé ¿Qué estoy haciendo mal cómo para tener relaciones catastróficas? La respuesta, me pegó en el ego: El amor es bello para aquellos que pueden dejar de lado la dominación;
“El amor es una actividad, no un afecto pasivo; es un “estar continuando”, no un “súbito arranque”. En el sentido más general, puede describirse el carácter activo del amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir”.